domingo, 24 de febrero de 2008

DEMASIADA COMPETENCIA (Escritura automática II)


decidir si luna, estrella o farola. cada cual con sus peligros. a prueba de eclipses, de pedradas, de agujeros negros.
tal vez resulte excesiva la vocación de brillo, de iluminación urbana. quizá debería sucumbir por fin a ese nosequé rural que de cuando en cuando da la cara. me da en la cara.
y renunciar a la melancolía. a esa tristeza que me hace ser quien soy (un ser en esencia alegre). ni más ni menos.
ponerme de puntillas para cambiar la perspectiva de mí misma. quizá la luna me quede demasiado alta. quizá las sombras no sean sino el alivio que necesito.
tal vez los puentes sólo puedan ser tendidos por quien ve la distancia.
y la distancia sea solo una cuestión de coordenadas.
y la vocación contemplativa que cada día pisa con más fuerza sea el puente, el camino, la lucha, la sombra, el sol, la luna, la farola, las estrellas. la suprema justificación de esta sed de letras.

lunes, 18 de febrero de 2008

VAMPIROS



están por todas partes. han domesticado a los espejos para que muestren justo lo que ellos quieren mostrar. la imagen perfecta. quizás a quien han domesticado es a los ojos, a los ojos que los miran, al cerebro que los juzga. con esas palabras que a todos nos gusta oír. con el afán, el incansable afán de hallar tesoros, de cambiar voluntades, de evangelizar a los desangelados, de ganar con pico y pala esa estima que alguien les robó en el patio del colegio.

dicen que si no los invitas no pueden entrar en tu casa. dicen que hay que clavarles estacas en el corazón, o cortarles el cuello. que los ajos son su repelente natural. y de quién no, me pregunto. buenísimo para la circulación. yo creo, van helsing de pacotilla, que lo mejor es ser sincero y plantarle cara al miedo. entonces ellos se evaporan, aunque nunca ardan, son autoignífugos, sólo se convierten en vapor de agua. vasta atmófera, inabarcable. por fortuna, a veces.

muchos, la mayoría, lucen sus marcas en el cuello. un ejército de infectados. pero no. me repito como un mantra que es la señal de la vacuna, la vacuna, la vacuna. para no pasar más noches en vela. porque no quiero engalanarme de fatuidad y sobrevolar mis días y mis noches buscando víctimas. la vacuna contra el vacío. la vacuna contra la muerte. que es el desamor, la soledad infinita que es la del cinismo, la negativa tácita, o explicada, consentida, renuente a comportarse como un ser humano.


yo también tengo marcas de colmillos. y cuando huelo la sangre me perturbo. el sol me daña. siento deseos de volar. dejar de sentir miedo. ascender. dar tres toques en tu ventana. cruzar los dedos debajo de la capa. este vampiro no tiene vocación de ángel, sin sexo conocido. pero lo tengo claro. llamaré hasta tener permiso. no tengo ningún miedo: estoy vacunada. he domesticado a los espejos, conseguí engañar a la máquina de la verdad para poder ser sincera. no duermo en ataudes desde lo de la hernia de disco. suelo volar y a veces, aullarle hasta a la luna. y sueño con mi capa de tres al cuarto, a punto de dar las campanadas, las de después de los cuartos. podría coger el ascensor, pero iré volando, sólo porque puedo hacerlo. mahoma, la montaña, el cántaro y la fuente. sortearé tu máquina de aire acondicionado y tocaré en el climalit con los nudillos. tres, cuatro, cinco seis, siete toques. hasta que me abras.

lunes, 11 de febrero de 2008

ALGO MUY PARECIDO A ESTO

hoy he tenido tiempo
para escribir, para trabajar
para cerrar los ojos y sentir el calor del sol en los párpados
para mirar al cielo
para alegrarme

hoy me he reído de mí misma un buen rato
y luego me he inventado un par de sueños nuevos
y he saltado sin red hacia el futuro el minuto siguiente

hoy he podido hilvanar unos cuantos recuerdos
y me he sentido afortunada
por haber amado
por haber sido amada
por seguir amando
por notar en el pecho el peso incandescente
de este corazón de buey que me da vida

hoy he sumado a mi fortuna
los besos que he podido dar a esos que amo
y los que he enviado en sobres de aire a los que están lejos
a los que ya no están
a los que están llegando

hoy he podido coger un autobús
dar un paseo
pensar, sentir, sentir, sentir, emocionarme
hoy he tomado un café
y he dejado que un libro me transforme

hoy, ahora, me voy a la cama
satisfecha por sentir el cansancio
con ilusión porque llegue mañana
y empezar de nuevo

sé que cuando ponga la cabeza en la almohada pensaré
que si esto no es la felicidad
se le parece mucho.

sábado, 2 de febrero de 2008

LA (FRIKI) VIDA SECRETA DE LAS PALABRAS

Hace un par de meses leí por primera vez "Orgullo y prejuicio", de Jane Austen, y como no soy nada original, me enamoré perdidamente de Mr Darcy. No voy a entrar en detalles (por el momento) sobre la cuestión, sólo explicar que, como una es como es, esto me movió a escarbar un poquito. Y es que me dejó anonadada que casi todas las mujeres con las que comentaba el hecho confesaban que ellas también habían sucumbido en su momento a los encantos del personaje.
¿Qué tiene Mr Darcy, un ser cuya entidad sobrepasa la tinta de la que está formado, para ponernos a liberar endorfinas así?
Por supuesto, el siguiente movimiento, punto de inflexión donde los haya, fue meter el suspirado nombre en Google. Me salieron 366.000 referencias, a las cuales me lancé, lo reconozco, con el ánimo un poco enajenado.
En otro momento ya daré cuenta de los sesudos resultados de mi estudio. Por el momento, os dejo un enlace que me subyugó. (Os animo a que entréis y paséis el cursor por la pantalla, a ver qué os encontráis. Pero no os hagáis ilusiones...).

Pd.- La foto del comienzo también tiene sorpresa si la pincháis: no he sido capaz de colgarla directamente en todo su esplendor. No recuerdo de qué web la saqué, de modo que si alguien se ofende que reciba mis disculpas por anticipado.
Pd.- Me voy a ver si salgo en Google al poner Mr Darcy. (¿366.001?)